Una tarde de viernes
de hace diecisiete febreros,
se sentó en un banco
junto al jardín de la iglesia
de Aldea del Rey
el mismo que la tinta
de esta vieja pluma derrama.
Una Biblia entre las manos,
la soledad puesta en la mente
y el amor que más allá del corazón
buscaba hacerse realidad.
El sol se prodigaba entre las hojas
perennes del aligustre y reavivaba
las santas palabras en el libro.
Música de niñas que celebraban
la venida del Carnaval.
Se acercaron al banco
y dos cosas le preguntaron:
¿Por qué lees
y por qué estás tan solo?
A ninguna les supo responder.
Preguntadle ahora
que diecisiete vueltas
dieron los almanaques…
Leo para seguir viviendo;
estoy solo para poder recordaros.
Parque
de Gasset, Ciudad Real, sábado 18 de febrero de 2017
Por
Julián Esteban Maestre Zapata (el jardinero de las nubes)
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