domingo, 12 de marzo de 2017

La montaña de la Mujer Muerta (poema)



Hay muy cerca de Segovia una montaña que la llaman “La Mujer Muerta”

Se ha posado en su rostro
el velo de la luna,
y fulgor de astros
en sus hombros,
en sus manos recogidas
sobre la flor de su pecho.
El rubor de la aurora inflamó
la piedra que la cubre.
Son las jaras prosternadas
ante el altar de la primavera
las que abren canal
al rocío de sus cabellos.
El andante solitario
se extravió por sus sendas
un crepúsculo de fuego extinguido,
cuando su mirada se abría
al campanilleo de las primeras estrellas.
La escarcha de enero
había cubierto su sudario
de suntuosas pedrerías.
El caminante notó las durezas
del terror ascendiéndole
por el gaznate irritado.
Ella aparece tumbada
entre las nieblas
de la tarde moribunda;
su figura abarca todo
el asiento de las montañas.
¿Está muerta
o muertos están
los ojos que la contemplan?
Amanece,
y la bruma de los collados
enmascara sus facciones.
Amanece,
y quien la ama
no pudo olvidarla.

Madrid, jueves 31 de diciembre de 2015

Por Julián Esteban Maestre Zapata (el jardinero de las nubes)


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1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta la lirica del poema, tiene Un aire tiste,
me acerca a conocer mas de Ti, tu sentir. Creo que escritos
tuyos asi es como ir tan dentro tuyo y sacar tu tristeza y profundo
sentir de forma tan melancolica y bella.